En la actualidad, la mediación está cobrando un enorme protagonismo como método alternativo para la resolución de conflictos en todos los ámbitos de la sociedad (familiar, civil y mercantil, vecinal, escolar, políticos y también internacionales), así como en los sistemas penal y penitenciario español, habiéndose creado una importante corriente doctrinal y judicial que pretende utilizarla en los ámbitos penales como instrumento que minimice y/o suavice la aplicación de la ley penal mediante el proceso judicial penal, para evitar la violencia que puede suponer la utilización del mismo respecto a la víctima y el autor del delito, que está adquiriendo una importante aplicación práctica en los Juzgados y Tribunales mediante la creación de servicios de mediación a lo largo y ancho de la geografía española, institucionalizándose de manera oficial a través del Ministerio de Justicia y los Órganos jurisdiccionales que dependen del mismo.

La mediación en el ámbito penitenciario, como consecuencia del proceso penal cuya consecuencia principal es la ejecución de la pena, pretende también minimizar la existencia de conflictos en las cárceles mediante la aplicación de criterios preventivos, que con su utilización reiterada de forma generalizada, llegue a minimizar el régimen sancionador que el sistema retributivo penitenciario ha instalado en las prisiones.